Tipos de raíces

Sin profundizar en aspectos específicos como la anatomía y/o la estructura de la raíz, nos será imprescindible conocer los diferentes tipos de raíces que existen.

¿Cuáles son los tipos de raíces que existen?

La primera clasificación en cuanto a los tipos de las raíces que se puede realizar se fundamenta en su origen: llamaremos raíz embrionaria o radicular a la que nace y se desarrolla del embrión; las que crecen a partir del cilindro de otras raíces serán las denominadas raíces laterales (siendo las secundarias las que nacen de las primarias, terciarias las que nacen de las secundarias, etc.); y raíces adventicias aquellas que se extienden a partir de un órgano que no es una raíz (hoja o tallo).

Otras clasificaciones respecto a los diferentes tipos, nos llevaran a diferenciar a las raíces fúlcreas, que nacen fuera de la tierra y penetran en el suelo volviéndose leñosas; o las raíces tabulares, también leñosas, y que se originan en el tronco en vez de en el suelo.

Ya entre las plantas geófitas, encontraremos raíces denominadas reservantes o suculentas, cuya función principal es la reserva de carbohidratos, agua u otros compuestos muy energéticos.

Encontraremos también plantas epifitas (que crecen sobre otras plantas, pero sin llegar a parasitarlas), con raíces aéreas; y otras raíces que nacen como epifitas, que acaban por estrangular a su planta huésped y cuyas raíces se denominan estranguladoras.

También contamos con las raíces que se originan en el suelo, pero que se desarrollan hacia arriba para alcanzar oxigeno (en ocasiones por la acción de pantanos, marismas y/o zonas inundables), y que son llamadas respiratorias o neumorrizas.

Los desarrollos radiculares son tan variados que pueden adoptar también formas de dispersión vegetativa o clonal, de las que se desarrollan nuevos vástagos de la planta o el árbol principal; son las llamadas raíces gemíferas. Otros tipos de adaptaciones muestran raíces que se contraen más con los años: las raíces contráctiles. Las raíces haustoriales, propias de plantas parasitas o hemiparasitas; otras que mantienen una relación simbiótica con hongos, las micorrizas; raíces que poseen nódulos, como las de la soja; otras especializadas en fotosíntesis, como las de las orquídeas.

Otros tipos de raíz son según su hábitat, subterráneas, acuáticas o aéreas; según su duración, anuales, bienales o persistentes; según su consistencia, leñosa, semileñosa, herbácea o carnosa; coraloides, dimórficas, chupadoras, en racimo…

La forma de la raíz es lo que más nos importa en la construcción de jardines verticales.

Los 6 tipos de raíces que existen

Atendiendo a su forma, las raíces pueden presentar disposiciones distintas clasificadas en 6 tipos diferentes que son:

Raíz típica, pivotante o axonomorfa: en este tipo de raíz se diferencia un eje principal, de mayor longitud y grosor, y ramificaciones secundarias de menor grosor.

Raíz atípica, fibrosa o fasciculada: no tiene eje principal y todas las ramificaciones tienen la misma importancia.

Raíz napiforme: consta de una raíz principal, cuya función es la de almacenar sustancias de reserva.

Raíz ramificada: posee una estructura similar a la del árbol, aunque carece de raíz principal.

Raíz tuberosa: las raíces tuberosas contienen una estructura fasciculada que, tras la acumulación de las sustancias de reserva, se ensanchan de manera significativa.

Raíz adventicia: se originan en otro lugar de la planta, como el tallo o las hojas.

Tipos de raices

En las plantas utilizadas para jardinería vertical nos puede interesar trabajar con raíces de distintas clases. La mayoría de las raíces pueden ser exitosas en un jardín vertical con la investigación previa suficiente y los cuidados adecuados.

Sin embargo, ciertos tipos no son recomendables para trabajar. Las raíces no indicadas para su cultivo en vertical son las nodulosas, las tuberculosas y las bulbosas.

Podremos observar la versatilidad del sistema siempre y cuando esté bien planificado. Con un buen criterio de selección de plantas y especies, una fachada vegetal puede aceptar una considerable cantidad de plantas dentro de sus gradientes lumínicos, higrométricos o químicos.